sábado, 12 de septiembre de 2020

Rescatando al soldado Lam.

 A propósito  del vómito  que hube de inducir tras la serial que describí  anteriormente (ya, pero tanto así,  si la crítica le amó? Déjenme ser  soy una señora mayor recalcitrante), estuve pensando en cómo trataron de meter temas que podríamos  tratar de contingentes a pesar de su constancia en los últimos  cien años (socialmente parece que cada paso avanzado toma muchas  vidas, o que al menor tropiezo retrocedemos 10) y recordé  a otro hijo menos popular  de Erle S. Gardner.

Bueno, de entrada le publicaba bajo un seudónimo, pero al rato todos sabían  quien  era este tal A. A. Fair en sus relatos protagonizados por el Donald Lam y la espectacular  Bertha Cool.


En HBO's  Perry Mason metieron la segregación  racial (calcado a Justicia Enmascarada de Watchmen, no dejaré  de decirlo) cuando Gardner procuró  no meterse  en esas profundidades porque seguro quería  mantenerse políticamente  correcto y seguir vendiendo.  También  sentaron a la mesa el empoderamiento de género  con una Della muy adulta viviendo su sexualidad  a pleno bajo sus normas y aspiraciones de igualdad en la oficina en una forma clónica, pese a que Gardner ya había  creado a B. Cool mucho más  progre  que todos nosotros hace eones (y no olvidemos que la verdadera Della cargaba su propia bandera de lucha feminista con suficiente peso, cero caricatura). El abuso de la figura de la policía  sucia y corrupta hasta la médula  como un recio hard  boiled  tampoco corresponde a la creación  del hombre de Ventura, ni meter guaguas muertas o tanta sordidez... podría  seguir hasta el juicio final pero ya estamos inmersos en una pandemia mundial así  que puedo explayarme, mauajajajjajaa... no, mentira, a lo que iba es que si deseaban generar ese tipo de producto el propio Gardner ya tenía  material más  cercano con Lam y Cool, Agencia de Detectives.

El carismático Donald, joven, tenaz y soberbio, siendo abogado de profesión, se metió  en un buen lío  que le costó  la suspensión  del ejercicio.  Cesante y con hambre  llegó  a buscar laburo a una agencia de detectives donde se encuentra  a este portento de humanidad llamado Bertha, en sus 60 años si mal no recuerdo, viuda, mordaz, tacaña, y en especial libre. Libre del compromiso social, de comer poco porque hay que mantener la figura, de hacer cosas de dama, de ser delicada para no intimidar y dejar mal a la fragilidad masculina... noooo, Bertha camina a su paso, come bien y se mueve con aplomo... como diría la gente joven (inserte llanto de treintañera) nadie le achica la calle. Lo único  que atemoriza  a Bertha es que un cliente no pague la cuenta o que le retiren el permiso  a trabajar como detective. 

Además, las historias  de Cool y Lam tienen una continuidad marcada y se ubican perfectamente  en su tiempo, las cosas que pasan que tienen efectos al futuro, como la compra de un buen sillón  para la oficina que se menciona constantemente  como una mejora en la imagen  pública  al conseguir clientes o que un día  Donald decide enemistarse en la Marina durante la WWII y durante dos novelas está  en el mar asiático  por lo que Bertha sola se dedica a encontrar cadáveres (siempre acusa que él  en su ímpetu  hace tal cosa. No, ella por si sola también  tienen El Resplandor... no, mentira, el don de meterse  en el caos). 

Son bonitas novelas pulp  con las dosis exactas de misterio, acción, humor, personajes carismáticos perfectamente imperfectos y de lectura ágil,  en general se leen en unas horas y al ser entretenidas no es raro comenzarlas  y no soltarles  hasta el final en una jornada. Quizás  un día  alguien se digne a sacarles del olvido y les hagan un homenaje decente.

Y la serie no es tan larga, antes del fin del mundo (entiéndase el confinamiento paulatino por covid) se podían  seguir pillando re ediciones de Molino o Plaza y Janés  de los años 60 en las ferias de las pulgas. Quizás  si un día  el mundo vuelve a su eje siga siendo así.  Y si es que no, amigxs míos, les invito a abrazar la piratería  en internet y buscar el ebook  ( a mi me ha salvado la vida estos meses Project Guthemberg, qué  les puedo decir).








Ediciones de Molino argentina de la década del '40, Molino España de los '60 y '70, por ahí  una cartoné de Plaza de Janés  y un par de Nova Dell, en ambos casos de los '70.

Ojo con la portada de "Agencia de Detectives" a la derecha, súper  genérica, ¡nada que ver con los personajes!

...tuve como un mes reposando esta entrada... sayonara!