lunes, 4 de abril de 2022

De retorno de series del recuerdo, decepciones y aciertos

 ¿qué tal, queridos parroquianos? Espero sigan gozando de buena salud, después de tan caóticos últimos años llenos de pánico, enfermedad, muertes y pan hecho en casa. Por mi parte desde este rincón del mundo puedo decir que parece recuperarse algo de "normalidad", y da la sensación de que la inflación a nivel mundial es la mayor amenaza actualmente, más aún quizás que el asunto bélico en Europa (por cierto, aunque los ingredientes para tal estuvieran dispuestos en los territorios involucrados desde hace bastantes años, igual resultó sorpresivo eso de "ya sobrevivimos al covid, somos inmortales.... ay no, tercera gran guerra?". Rarísimo).

De cualquier modo acá estamos, intentando reacomodar la vida en la medida de lo posible; nuestro retoño ha vuelto a tener clases presenciales en la escuela, claro que con todos distanciados, con mascarilla permanentemente y todo eso... yo definitivamente estoy activísima desde talleres hasta eventos, lo que resulta muy grato para el bolsillo pero también genera cierta inseguridad. Por lo menos yo, seguiré aceptando cada vacuna que digan que hay que tener como refuerzo, así mismo con el uso de las mascarillas... quién sabe cuánto se prolongará el estado del alerta, cuándo me relajaré o ya me deje de importar todo, lo que pase primero. Pero vamos a lo que nos convoca en esta ocasión: series.

Viví la emoción hace unos buenos años de que volvieran los X-Files, antes del hecatombe la película de Downton Abbey (se viene la segunda por cierto), luego el chasco nivel kami sama del bodrio que resultó ser la serie HBO de Perry Mason (y para hacerlo más desolador, durante el primer año de pandemia), después para salir un poco del agujero reviven CSI (en 2020 ví durante octubre -el mes aniversario de CSI- como 8 horas diarias de capítulos mientras dibujaba... fue uno de los puntos altos de la vida pandémica) y ya está en camino la segunda temporada del revival... y cuando más empecinada estaba cada sábado en la noche volviendo a ver por chorromilésima vez las bellas y hermosas dos temporadas de la mejor serie de américa latina, o sea, Los Simuladores.... pafff!!! ad portas del aniversario 20 de tan magna obra, anuncian LA PELÍCULA, con los cuatro auténticos Lamponne, Medina, Ravenna y Santos.... aaaaah, es lo más hermoso que han anunciado en mucho tiempo. Y a diferencia de lo que pasó con Perry Mason donde apostaba fuerte porque... ¡Perry Mason, por crom, cómo pudieron arruinarlo?!, acá vamos totalmente sobre seguros ya que el proyecto va de la mano del padre original del producto, y para hacerlo mejor y completamente prometedor con los entrañables protagónicos, ¿qué podría salir mal?

Veinte años siendo hermosos e hilarantes

Es que en serio, cada año procuro volver a ver la serie al menos una vez y sigue siendo increíble. Si bien aceptamos que es como una versión evolucionada del A-Team , tiene una fuerza propia increíble, nuestros héroes son unos fulanos bien carismáticos y todo eso, pero además los recurrentes suelen tener su propio color, la brigada B por ejemplo logra avanzar de una forma super natural, todo está tan bien articulado, su contexto (increíblemente cercano tras dos décadas), sus paisajes, su música.. y esos operativos... no importa cuantas veces vea "El colaborador foráneo" o "El clan Motul", seguiré retorciéndome de la risa... y puedo decir que encima ha envejecido bastante bien. 
Por todo esto y más, te espero con mucha fe película de Los Simuladores.


Y si , hace varios días que se dio a conocer el anuncio, pero la vida ha estado un poco inclemente ultimamente... además no sé quién sigue pasándose por acá y además lea mi palabrerío. Pero créeme, amigo lector, es catártico venir cada cierto tiempo a depositar mis pensamientos histéricos sobre cosas que me gustan muchísimo (o muy poco, que también pasa)

No he podido leer ninguna de las pulpas que compré en el verano. Cuando haga turnos en un próximo evento posiblemente pueda leer alguna y volveré con una innecesaria reseña y selección de ilustraciones del tomo.

Hasta pronto :)


lunes, 28 de febrero de 2022

Super cargamento de Biblioteca Oro

 ¿qué tal, venerable parroquiano que aún circula por estas tierra desoladas? Espero usted lector, goce de buena salud física y mental por partes iguales. Por mi parte debo decir que seguimos invictos con la sensación  de las catástrofes de estos años, aunque el mes pasado estuvimos en cuarentena preventiva mientras salía el resultado del pcr de la temporada por alerta de contacto estrecho... en fin, la vida misma en estos tiempos convulsos de pestes, y ahora además de guerras (hagan sus apuestas señores, qué se nos viene para el segundo semestre, vampiros o zombies? o ambos?)

Bueno, creo que en la quizás menos apocalíptica entrada anterior le había mencionado haber dado con un buen filón de pulpas nada más y nada menos que de la Biblioteca Oro de Editorial Molino, las que encontré van desde 1944 hasta 1953 y la gran novedad para mi fue que venían algunos ejemplares españoles, mientras todos los que he adquirido han sido argentinos. Bueno, no es como que se perciban grandes  diferencias (salvo el espacio publicitario para otras colecciones en la contratapa y entre algunos capítulos) entre una edición y otra, pero no deja de ser destacable cuando te gustan mucho las hojas amarillentas con muchos, muchos años.

Lo otro a mencionar es hay muchas portadas que son obras de Bocquet (Joan Pau Bocquet, que ilustró para Molino tanto en Biblioteca Oro como posteriormente la Selección de Biblioteca Oro), bellísimas, por supuesto, y  en particular sus rostros masculinos, candorosos, distinguidos, gallardos o enigmáticos. Sus hombres se me antojan algo así como los de Leyendecker a la publicidad, pero en este caso, a las pulpas.

Bueno, por acá las portadas:





A pesar de que mi febrero fue forzosamente flojo, no me he dado tiempo para leer, tengo a Galeano cocinándose a fuego lento como lectura de compañía en largo plazo (como hice al año anterior con Capote) y otros pequeños a medias, incluso cómics! Culpo a la vida y sus tensiones de no permitirme poner el mínimo de concentración a cabalidad ara llevar lecturas a conclusión en el tiempo adecuado... pero si confieso que un ejemplar ya lo tenía, y por alguna razón, lo recuerdo muy bien a pesar de haberlo leído por vez única en mi adolescencia hace unos 20 años: "Un cuchillo en mi espalda". Es una lectura muy fluida, entretenida pero llena de clichés que aspiraban a ser super ingeniosos pero no mi ciela, ya estaban super vistos, como la mujer detective super brillante pero fea como mis pensamientos en viernes por la noche. Así que nada memorable, aunque irónicamente, la recuerde por ello. En fin, mi cabeza se manda sola, sino pregúntenme cuántos años me tomó memorizar el número de teléfono cuando lo cambié....

Apenas lea alguno entero (a excepción de uno que le falta el final) dejaré por acá las ilustraciones interiores a tinta y alguna reseña que nadie pidió ni nadie necesita.


Tengan un lindo mes, cuídense mucho.


lunes, 31 de enero de 2022

Al parecer, tercer año de coronavida (inserte cara de estupor)

¿qué tal, amables parroquianos que siguen frecuentando este reducto de las viejas glorias de comodicelagente joven: mucho texto?

Me extravié de estas tierras por estos meses porque nos pasó una aplanadora llamada vida por encima: líos con la televida,  líos con la vida en persona, y mucho, pero mucho trabajo. Como me gusta creerme indomable y le hago al autoflagelo que se llama trabajar independiente cada fin de año me exploto como tercermundista produciendo algo de forma masiva..ah caramba, que si soy! bueno, guardando las proporciones, claro, no es como que saque mil reproducciones de alguno de mis trabajos (o quizás si?, no, mentira, sólo algún ciento), así fue como me embarqué en la vorágine llamada fin de año mientras veía que el mundo se caía a pedazos... pasaron demasiadas cosas en muy poco tiempo, aún tengo rastros de una erupción  bien satánica en las manos como respuesta a la presión, pero lo importante es que estamos vivos y ¿sanos? bueno, no estoy tan segura, siendo 31 de enero del horrendamente largo año que es 2022 esperamos un resultado de PCR porque mi compañero (a.k.a. marido, a.k.a. chofer) es contacto estrecho de un muchacho de su trabajo que... redoble del tambores... ha salido contagiado del mentado virus.

En fin, estamos a la espera en cuarentena aún más voluntaria de la que llevamos haciendo estos años (yo sólo procuré trabajar al aire libre, en serio prometo sobre mi futura tumba que nos hemos cuidado hasta parecer exageración), y eso me recordó que desde diciembre quería actualizar acá.  La verdad es que me regalaron unas revistas Life de la década del '50 y además pillé un filón de pulpas Molino de la Biblioteca Oro de los '40 con ilustraciones gloriosas que pronto compartiré, pero quiero dejar registro de lo último que hice antes de la alerta de bomba: un taller de dibujo para jóvenes y adultos pero por problemas de difusión de la municipalidad (que son quiénes me encargaron el taller) acabó con niños pequeños, pero por fortuna las criaturas supieron tolerar mi metodología y logramos resultar todos ilesos al final del curso.

A continuación fotos de mi agradables asistentes







En esta ocasión el taller no tenía certificación, por lo que no hubo ni exposición ni ceremonia donde verme fabulosa con mis manos de leprosa en alguna foto.. pero bueno, se sintió lindo hacer un taller después de estos años, aunque tuviéramos que estar frente a una puerta abierta para tener la mejor ventilación posible... tengo un material complementario breve sobre el taller, si alguien lo quiere lo puedo mandar por correo, dejo el dato, parece que la coronavida no acaba jamás y a veces es bueno hacer algo distinto para no enloquecer en las rutinas de siempre.

Y eso por ahora, en los próximos días dejaré páginas de las novelas Molino, están en excelente estado, y entre todas venía una edición española (todas las que tengo son de Argentina)

¡Nos vemos pronto!