sábado, 22 de octubre de 2011

Zombies
















Y es así, cuando empiezo a quejarme de una cosa y de otra, que la vida cotidiana se vuelve en mi contra y me dá más y más razones para criticarlo todo...
La luz natural ya era poca en la sala, así que dejé hasta ahí el dibujo que estaba pintando, para aprovechar de llevar a mi polluelo a andar en bicicleta a la bonita plaza que está frente a nuestra ruca y apenas ponemos nuestros pies en la mentada plaza empiezan a llegar los zombies... bueno, no eran zombies, pero me lo recordaron, por el modo en que andaban en grupos de 3 a 4 y se nos acercaban desde diferentes direcciones, rodeándonos... El que primero llegó a mi, un pollo de con suerte 19 años, me extendió la mano con una fotocopia plegada en 4, y me dijo con voz titubeante (yo creo que al ver mi patético escote XD) que quería compartir esto, que eran los '4 pasos para llegar al cielo'... lo ví tan pendejo, tan niño chico, que con mi mejor sonrisa de persona-bien le dije en mi más agradable tono de voz "te seré honesta: no creemos en nada de esto, en NADA, no nos agrupamos bajo ninguna creencia, así que te mentiría si te recibo esto diciendo que lo leeré, porque en realidad acabará en la basura". Con cara de decepción me dijo con un hilo de voz "pero porfavor, recíbalo igual". No estiré la mano para corresponder a su requerimiento, y le contesté "en serio, este estu trabajo, y sé que has invertido tiempo en esto, no crees que sería una lástima que termine botándolo?" y me dí cuenta que el zombie líder se acercaba y la cara de urgimiento del mocoso... que le acepté el papel de mierda y le dije "quizás encuentre a alguien que le interese" y me largué con mi polluelo que me preguntaba por qué tan corta la visita a la plaza. Para consolarlo le compré unas gomitas con forma de araña en un almacén cercano a la dichosa plaza hacia donde huímos de la horda de seres carentes de voluntad propia. La nena del almacén me puso cara de "qué tal el escape?" y ahí me desahogué un rato de cuan desafortunado resultó el paseo en bicicleta. Si hay una sensación 'social' que detesto con todas mis fuerzas, es la de sentirme limitada en mis (ya escasas) libertades. Por un instante pensé que me iba a dar el ataque de ira y que terminaría vociferando; pero la cara del niño este me hizo comportar. Parecía que alguien le ponía un arma en la espalda. Como un rehén en una casa tomada por terroristas, con la cara manchada de sangre que abre la puerta para contestar a alguien que toca, y dice que todo está bien, con voz trémula, que la sangre es maquillaje para un disfraz de halloween....

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Normalmente escribo sobre libros, manualidades y animales. Pero en la última semana ya me he quejado de la inminente película de Perry Mason, y ahora de los fanáticos religiosos.... lo lamento, necesito gritar en algún lugar este tipo de cosas... no basta con narrar la historia al venerable compañero-esposo, muahajajajajajajajaja.
Y la chica con cara de pocos amigos por supuesto viene de acá

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