martes, 2 de marzo de 2021

La otra noche soñé con la librería Lourdes

 Qué tal, queridos y amables parroquianos que aún sobreviven a la coronavida en las perdidas latitudes de la blogósfera. ¿se vacunaron ya? ¿o son muy jóvenes o muy sanos para pensar en acceder a tales vacunas? Por mi parte y de mi familia entera la verdad no tenemos esperanzas, mi compañero y yo tenemos menos de 40 y no se ve mucha prisa en el futuro por inocular a la gente de nuestra edad sin enfermedades crónicas, o trasplantados, o inmunodeprimidos, etc, y la criatura es menor de edad aún y pues no hay vacunas para los seres pequeños así que nada, seguimos confinados voluntariamente... entre las cosas que he podido hacer por haber menos trabajo ya que no estoy produciendo como poseída porque no hay eventos, ha estado la limpieza e intento de organización de las revistas antiguas, entre las que están mis amadas ediciones Tor con los títulos de los Reeder apócrifos. Y al parecer de tanto revolver y recordar, la nostalgia hizo lo suyo y una noche del fin de semana soñé que iba por calle Balmaceda y veía con sorpresa que ´Lourdes´ había vuelto a la vida. Entraba y le preguntaba a quién estaba (no sé quién era) si tenían stock nuevo o los mismos libros polvorientos de las últimas decadas antes que cerraran y me contestaban que estaba basicamente lo mismo. Ahí me decía "recuerdo casi todo lo de la pared izquierda" (donde estaban las pulpas por excelencia, Colección Molino series de Misterio, Aventuras y rojo -creo que esas eran históticas-), las Rojinegro, otras cositas más ya de dudoso pago de propiedad intelectual y autoría... y ahí estaban, las ediciones de Tor.

Ambos tópicos de esta entrada, la librería Lourdes  y la Tor

Entré ahí después que leí mi primer Wallace (que si era el compilado "The mind of Mr. Reeder" del mísmimo  Edgar Wallace), y al poco andar me di cuenta que claramente no eran relatos del mismo autor (además del hecho de traer por ahí un nombre aludiendo a algún autor desconocido), pero si se habían empapado de su contexto, mas no del estilo, pero igual servían para entretenerse en la era en que no había mucha capacidad para tener internet en los hogares... años después entendí la magnitud de los falsos Reeder de Tor gracias al hallazgo del blog del autor Carlos Abraham y me dediqué a comprar cualquiera que se me atravesara en el camino del recolector de cachivaches en las ferias de las pulgas o de usados en la vida previa al asunto de la pandemia... claro, ya los últimos 8 años se ha vuelto más difícil, pero suele pasar que te cruzas alguno cuando menos lo esperas.

¡Y así me hice con mis Reeder falsos!


Si, estoy consciente que poner esta foto es comparable a esta otra:


Pero bueno, la cosa es que tengo varios Wallace piratas de la infame Tor, no porque tenga problemas de acumulación, por supuesto que no (mira de lado a lado), y les mostraré con más detalle las portadas en diferentes etapas: mal dibujadas, probablemente calcos de otras tapas de otras editoriales, fotogramas de películas coloreados y/o modificados de manera alternativa, etc... en definitiva, delicias pulperas de muchos años atrás en la época dorada de las lecturas populares a escasos centavos...




Esta llegó así a mis manos, mutilada.

Y bien, eso es todo en esta entrada de sueños, recuerdos y piratería... de seguro en el pasado mostré algunas pero tal vez sin mayor detalle, ahora decidí poner un poco de orden en este puñadito de falsedades (produjeron MUCHÍSIMAS) .. hasta que algún día, se abran las alamedas y la gente otrora confinada pueda ir a cachurear a la feria de las pulgas otra vez...!!!


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