viernes, 30 de septiembre de 2011

Y como había prometido presentar a ....














Acaso a alguien le importara, juasjuas...
Bueno, con uds., el sr. Donald Lam.
Donald, es o fue, un abogado que resultó, digamos 'engañado', para hacerle crear un plan perfecto para cubrir un crimen cometido por un mafioso.. esto llegó al colegio de abogados de la ciudad de ... (no me acuerdo) ... y le suspendieron la licencia por un año.
Ante esto, el pobre hombre se vió envuelto en pobreza (teoría: si ya llevaba un tiempo ejerciendo, algo debía tener a que sujetarse, no? pues creo que lo promiscuo se llevó su dinero XD) y a causa de su peligroso cerebro tuvo la brillante idea de emplearse como detective en una agencia...
El detalle es que Donnie no luce muy intimidante.. no alcanza los 30 años, bordea el metro sesenta y es algo delgado, carece de técnica o entrenamiento adecuado como para poder defenderse... en fin, no parece que logre salir vivo de una buena pelea.
Y eso es, por supuesto, algo indispensable para un buen detective rudo.
Su lugar fijado para comenzar con su nueva vida (de hecho, D. Lam es un nombre falso) es la agencia de B. Cool. Curioso nombre, curioso propieario: una viuda sesentona adicta a los puros y la buena comida en abudancia.
Trás convencerla de que la habilidad mental es más eficaz que la fuerza bruta, Donald es contratado a prueba por la agencia de la señora Cool.
Ahí parten sus aventuras donde será apaleado en incontables veces, perseguido por la policía otras tantas, seducido por las chicas equivocadas (detective promiscuo de lujo), y donde por supuesto hará pasar mil enojos a la buena de Berta Cool, su jefa y posteriormente socia.
El autor de la serie de novelas de D. Lam y B. Cool es un tal A. A. Fair... que casualmente no es otro que Erle Stanley Gardner, que parece que también quería jugar al enigma.


En lo personal, debo haber leído mi primera novela de Donald a eso de los 15. El sentido del humor de sus historias es mucho más abundante que en las de Perry Mason, o al menos a mi me lo parece... las tramas con muy correctitas, nada demasiado light ni demasiado escabroso, pero es una delicia seguir los razonamientos de Lam mientras hace mil cosas inexplicables entre medio pero que al final del día contribuía a la resolución de los casos en que se había involucrado. Normalmente se puede leer en dos tardes un tomo. Al margen de que sean de hace 60 años atrás (y más) es una lectura refrescante y divertidísima.
No te cambian la vida, pero te brindan una buena aventura :D

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