Día uno

Día uno después de tener que firmar una autorización de eutanasia.
Por la cresta, Bowie, fuiste el peor perro del mundo, destruíste la base del enrejado del antejardín para salirte a la calle, llenaste de hoyos el patio en tus afanes escapistas; incitabas a los demás perros a salir contigo. Una vez llegué a casa y encontré los bloques de cemento que puso Alvaro en uno de tus agujeros corridos y el perro viejo en la calle... el perro de 15 años en la calle!! ¿y quién quitó los bloques? pues tú, quién más.
Traías basura cuando decidías volver. Te obsesionaban las ratas imaginarias que según tú vivían en el desagüe de la lavadora y sacabas las mangueras durante los procesos y todo se llenaba de agua... y obvio, no se lavaba nada mientras saltaba "error" en la pantalla... 
Anoche recordábamos cuando una vez te perdiste por casi un mes. Te buscamos tanto... y resultó que te habías ido atrás de unos borrachines. 
Eras un pésimo perro, carecías de lealtad hacía nosotro; a veces cuando te escapabas sin que lo notáramos en el acto y luego salíamos a comprar y nos veías en la calle corrías y corrías lejos para que no te agarráramos y lleváramos de vuelta a casa . Odiabas cuando te bañaba y te echaba talco... eso te hacía huir también, preferías llenarte de pulgas a oler decentemente.
 Y de repente se te vino abajo el ánimo, pero no más que cuando tu camarada de parrandas falleció el año pasado (como sentí a ese callejero también), o sea, estabas decaído, pero nada en especial. Y ayer te empezó a doler algo, mucho. De carrera al vet.. De carrera a otro vet. Nada que hacer, falla renal severa probablemente por intoxicación. Vaya uno a saber qué mierda te comiste y te mató los riñones.
"Señora, tiene que rellenar esta autorización. Los dejamos para que lo conversen más". Llorábamos y tú algo te quejabas... el dolor se apoderó de ti y nosotros no entendíamos como de estar un poco triste el día anterior ahora te ibas a morir, y teníamos que firmar el consentimiento, aprobar una sentencia.
"¿se van a quedar durante...?" Si, por supuesto.
"Ahora él ya no siente más dolor, le aplicamos lo otro..."; minutos después con Alvaro te cerramos los ojos, yo te cargué en brazos mientras él buscaba el dinero para pagar entre toda la congoja. Me pasan una caja para acomodarte antes que te pusieras tieso. Nos subimos al auto y Lucas no entiende nada "hijo, tuvieron que dormirlo". Más llanto. Alvaro no puede conducir con los lentes empañados. Yo empiezo a recordar lo mal perro que fuiste siempre. Recordé como estaba de horrible la reja del frente del antejardín porque destruíste el cemento de la base, te salías y te extraviabas...

Llegamos a casa y te enterramos cerca del Negro de la Plaza, tu amigo de parrandas. 
Me caías mal, realmente mal, pero siempre salimos a buscarte. Cuando tocaba baño te bañaba primero para que no alcanzaras a huir de la higiene. Cuando tenías frío te hacía capas de tela polar. Cuando Bárbara o Mocho el Viejo te quitaban la comida te servía de nuevo y me quedaba contigo hasta que terminabas tu porción. Cuando llegábamos de la calle y abría el portón para meter el auto y salías pitando a toda velocidad salía corriendo como loca hasta en tacos ... a veces te pillaba, a veces eras más rápido. 

Te estamos echando de menos, Bowie, perro de mierda.
Descansa junto al Negro. 
Alvaro, Lucas y yo te quisimos harto, perro hueón... de hecho, te seguiremos queriendo.

El cafe con cara de "no rompo un plato" es Mocho, el negrito con cara de "no mato una mosca" es Bowie. Era, en realidad.