sábado, 9 de junio de 2018

Visita número un millón al Parque Japonés

Cada año vamos varias veces en familia al Parque Japonés de La Serena (a.k.a. la comarca), porque es un excelente lugar para hacer fotos lindas con patos y vegatación y creernos Miss 17*  por un momento (¡¡mi carnet de identidad voló sobre la multitud y los envejeció a todos con su rayos láser!!)
En esta ocasión no sólo paparazeamos patos y esquivamos a las parejas besuconas, llevamos nuestro juguete nuevo: cámarita recién llegada.
Cámara anterior, serviste con honor a estos seres indignos de ti por 8 años, pero llegó el momento del merecido retiro (interrumpido por los usos que niño rata .a.k.a. hijo  preadolescente- te dará) ya que no enfocabas si no había sol por nombrar solo algo...
Y fue así como en uno de esos arranques de frenesí consumista del sr. marido acepté que llegara la nueva integrante a la familia, tan regalona que ya va desplazando al PS4... una Nikon D3400
Y acá algunas fotos del testeo de hoy tomadas fundamentalmente por el sr. esclavo -a.k.a. sr. marido-












 Comparto menos fotos de lo habitual porque pesan una brutalidad y cargarlas fue lo suficiente como para dejar el computador con daño cerebral permanente, probablemente. 
Ahora la misión es encontrar talleres de fotografía con horarios compatibles para gente respetable con turnos laborales esclavizantes y aghtistas  freelance hippies repugnantes como quien les habla. Que esta bestia no da para quedarse en la fase autodidacta. Ohhh, no.

Y es todo por hoy, corto.
Cambio y fuera.

2 comentarios:

  1. Las fotos estàn tan èpicas que me devolvieron del infierno o sea del cielo para comentar tu hermoso blog *O*.
    Amè las fotos, estàn muy profesionales *O*. Y el Parque Japonès siempre es un buen lugar para relajarse <3
    Saludos!!!

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    1. andaba inspirado con el juguete nuevo el guatón, es más, algunas fotos curaron mis dolores articulares y mi mal genio crónico, hahahaahah

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