¿Qué tal alegres parroquianos? ¿Cómo va esa coronavida? Debo contarles antes que nada que ... redoble de tambores... recibí la primera dosis de vacuna... wooooooaaaah. Estaba convencida que no lo lográbamos tan pronto, pero tanto mi compañero marido a.k.a. sr. chofer como yo hemos recibido nuestra porción de Coronavac y Astra Zeneca respectivamente (ajá, si pudiera y quisiera ir a algún país de la Unión Europea no podría porque no están dejando ingresar personas vacunadas con Coronavac -o sin vacunar con alguna otra-). Según los conspiranoicos deberíamos habernos vuelto reptilianos, sexualmente confusos, o tener una nueva capacidad para recibir la mejor señal de internet 5G, pero desgraciadamente nada sucedió, salvo un leve dolor muscular y fiebre en caso de mi compa. Ahora sólo queda el hijo fuera del radio de inmunización, pero no importa porque definitivamente no queremos que asista a clases presenciales este año, así que seguirá asistiendo a la escuela a través de la webcam desde la torre más alta de nuestro castillo (siento que algún día dirá que lo teníamos como pricesa cautiva contra su voluntad, pero hay que cuidarlo mucho mucho que no hay repuesto de hijo adolescente). Y ese es el reporte covid.
Ahora a lo que prometí en el titular, revista Don Fausto, ejemplar del 16 de Mayo de 1944 (casi casi logro ponerle en su cumpleaños).
Selección de páginas, ¡acá va!
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| A.C.A.B |
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| Tenía poca publicidad esta revista |
Creo que algo escribí sobre la revista respecto de su editorial en la entrada anterior, digamos contexto... no quiero reiterar así que si quieren saber algo más de la publicación vean acá.
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